
Antes de empezar me veo en la necesidad de aclarar ciertas cosas para los recién llegados. Estos «tips» que voy a mencionar no son estrictamente obligatorios, es decir, algunos son consejos de autores de renombre que, a nivel personal, me han ayudado mucho en mi carrera. Por consiguiente pasamos al segundo factor, no necesariamente están enfocados a la creación de una novela, sirven para cualquier género. Dicho esto…¡Empezamos!
1. No te obsesiones con un género literario en concreto.
Este consejo es de cosecha propia. Lo he aprendido con el tiempo y es el que más me ha ayudado hasta ahora. Sé que os acabo de decir que este artículo está enfocado a todo tipo de texto, y es verdad, pero el problema a veces reside en la autoconvicción. Para ser más claros, quizás vuestra carrera como escritores deba comenzar con otro género literario distinto al que tenéis en mente.
Os pongo mi ejemplo. Yo escribo mayoritariamente poesía. Jamás en mi vida me lo había replanteado. En mi proyectos de futuro siempre había estado la idea de ser novelista. Intenté mil y una veces comenzar la ansiada novela, pero siempre acababa estrellándome contra el conocido muro de la frustración. Llegué a replantearme dejar de escribir únicamente por una obsesión. Un día probé suerte escribiendo un poema y me gustó. He aprendido más sobre composición narrativa escribiendo versos y prosa poética que en todos mis intentos anteriores de novelista en ciernes. No he renunciado a ese sueño, simplemente he descubierto otro camino que me representa más.
2. No «abultes» el texto.
Aquí voy a hacer uso de las palabras de uno de mis escritores favoritos.
Si es posible eliminar una palabra de tu texto, elimínala.
George Orwell
Esto también se aprende sobre la marcha. Señoras y señores, que una novela sea larga no significa que sea buena. No por tener un gran número de páginas va a hacernos mejores escritores. Por desgracia yo he conocido a académicos de prestigio que después de 30 años de profesión siguen cayendo en palabras vacías y léxico innecesario.
Cada uno que haga lo que quiera con su arte, por supuesto. Pero si una descripción es tan larga que al lector se le olvida la trama principal de la obra, vamos mal. Cuidado con las estructuras gramaticales, una palabra adecuada antes que una subordinada de diez centímetros es lo único que necesitamos.
Mejor escribir una novela corta o un relato cuidado y elaborado con cariño, que una novela amplia, sin ritmo y vacía en contenido.
3. Cuidado con los olvidos.
«Si en el primer acto tienes una pistola colgada de la pared, entonces en el siguiente capítulo debe ser disparada. Si no, no la pongas ahí»
Somerset Maugham
Os recomiendo mucho a este autor si verdaderamente queréis comenzar vuestra carrera como autores. Aunque yo siempre he extrapolado este consejo a la dramaturgia, la verdad es que puede resultar útil para otros textos.
No dejéis pasar el tiempo entre un dato importante y otro. La gente se olvida de lo que lee y si añadís un hecho importante para el transcurso de la historia pero no lo resolvéis rápidamente se corre el riesgo de que los lectores no lo entiendan, o por lo contrario, se vean obligados a dar marcha atrás perdiendo toda la carga dramática que planeabais darle a vuestra obra. Este consejo está enlazado con el anterior, no expliquéis tanto e id al grano.
4. Aprende de otros.
«Si no tienes tiempo para leer, no tienes tiempo -ni las herramientas – para escribir. Tan simple como eso»
Ernest Hemingway
Los que hayáis leído mi blog con anterioridad sabéis que insisto mucho en esto. Pero es importante ser directos. No se puede ser escritor por magia divina. Hay que aprender de otros autores y para ello tenemos que leer muchas obras. Da igual el género, la trama, los personajes…..Toda lectura es beneficiosa. Haceros preguntas y buscad las respuestas en las obras de los demás, encontraréis vuestro estilo y comodidad en ellas, os lo aseguro.
5. Que nadie hunda tu sueño.
Y finalizamos con algo que parece obvio, pero no lo es. Por desgracia se tiende a «cuestionar» los sueños de la gente con una frecuencia mayor de lo que pensamos. Lo habréis vivido en vuestras propias carnes. El arte se ve lejano y complicado, y hablo de arte como podría mencionar mil doscientas profesiones consideradas poco comunes.
Escuchar con asiduidad, como una gota de agua que cae en una roca, comentarios sarcásticos o preguntas absurdas de personas con poco mundo interior puede hacernos perder el rumbo. Sois artistas desde el mismo momento que os enfocáis en ello. Me da igual la opinión de ciertos intelectuales del momento que solo valoran lo expuesto en un museo. Si mi pasión es escribir, tarde lo que tarde, tenga el alcance que tenga, soy y seré escritora. Lo mismo se aplica a vosotros.
No os rindáis.