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El arte que me motivó en 2021

Quería terminar el año escribiendo algo especial, algo que significara un adiós a una etapa. Sin embargo, tras ver innumerables videos de «mejores momentos del año» en Instagram, pensé que todo resultaba (de alguna forma) demasiado triste. No quiero despedir una etapa de mi vida sino continuarla, ir mejorando poco a poco, añadir a mi vida los beneficios que el tiempo otorga.

Así que me voy a iniciar una especie de ejercicio anual consistente en hacer un balance del arte que más me ha motivado a lo largo de estos últimos meses, porque si algo nos da un respiro en la vida es la posibilidad de evasión. Aviso de que pueden ser obras de años posteriores.

No invento nada nuevo, pero creo que puede ser interesante nutrirse de lo que otro ha considerado gratificante. Así que lo comparto con vosotros.

Literatura

Como es natural, empezaré con los libros que más me han marcado este año (y cuyas reseñas hice en su día). Aunque no he leído tanto como en otras ocasiones, debo reconocer que ha sido una época de autodescubrimiento. Me he atrevido a explorar otros géneros a los que consideraba lejanos a mí y resultaron ser el motor de cambio que necesitaba.

  1. Teoría King Kong de Virgine Despentes.
  2. No vine a ser carne de Gata Cattana.
  3. El sol y sus flores de Rupi Kaur.
  4. Under the oak tree de Sooji Kim.

Desde el manifiesto feminista de una mujer que ha sufrido en su piel las injusticias de un mundo hecho para gente canónica, hasta la poesía de dos autoras separadas por un océano. Sin duda alguna, estas han sido las lecturas que más me han invitado a la reflexión. Under the oak tree es una novela de fantasía romántica de una autora coreana que merece mucho la pena.

Cine

Siendo comunicadora audiovisual, ver películas es una parte esencial de mi existencia. He ido mucho al cine, pero reconozco que, quitando alguna excepción, las películas que más me han llegado no son las más comerciales.

  1. Tick, Tick…Boom.
  2. Kimetsu no yaiba: El tren Infinito.
  3. Josee, el tigre y los peces.
  4. Spider-Man: No Way Home.

Que dos de ellas sean de anime y que en las otras dos aparezca el mismo actor no debería ser significativo, pero sinceramente creo que algo influye. Tick, Tick…Boom ha pasado a ser una de las películas favoritas y si no la habéis visto, os la recomiendo.

Series/ animes

Normalmente no suelo consumir muchas series ya que requieren un tiempo que no suelo tener, pero sorprendentemente en este 2021 he visualizado mucho este formato. Os lo ordeno por orden de preferencia.

  1. Dietland.
  2. Haykyu!!
  3. Horimiya.
  4. Jujutsu Kaisen.
  5. You.
  6. The Witcher.
  7. American Horror Story.

Videojuegos

Aquí podría llevarme horas, pero voy a limitarme a los juegos que más he disfrutado (no tienen que haber salido este año) y que volvería a jugar mil veces.

  1. The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
  2. Animal Crossing: New Horizons
  3. Hollow Knight.
  4. The Dark Pictures: Little Hope.

Teatro

Entre mis objetivos del año que viene se encuentra ir más al teatro, actividad que solía hacer a menudo antes de que reinará el caos en el mundo y tuviésemos que vivir ahogados en mascarillas y gel hidroalcohólico.

  1. Estirando el chicle (función en vivo)
  2. Sangre gorda de los hermanos Álvarez Quintero.

Podcast

Voy a meter esta sección porque si algo ha definido este año ha sido la proliferación de los podcast. Soy locutora y actriz de voz por lo que el simple hecho de saber que a la gente le gusta tanto «escuchar» lo que otros tienen que ofrecer, me parece una maravilla.

  1. Estirando el chicle.
  2. Misterios cotidianos.
  3. Reyes del palique.
  4. No te lo habías preguntado.

Música

Adoro la música, aunque mis gustos tampoco son del todo comerciales a día de hoy. Si tengo que elegir algún género musical que me haya hecho olvidar mis problemas mientras viajo en el tren, solo se me viene a la mente Rap y derivados del mismo.

  1. Gata Cattana.
  2. Hijos de la ruina.
  3. Recycled. J.

Y aquí me despido. Muchas gracias por permanecer fieles a este pequeño blog. Os deseo un magnífico 2022.

Nos leemos pronto.

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La salud mental en Mare off Easttown

En abril de este año HBO estrenó una mini serie dramática llamada Mare off Easttown. Me subo tarde al carro de las buenas series, lo sé, concretamente cuatro meses tarde, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Con una Kate Winslet que roba la atención del espectador con cada plano, escena y secuencia, la serie trata sobre un pequeño pueblo donde ocurre un asesinato.

Como podréis observar en el cartel Winslet interpreta a la inspectora que lleva el caso. No voy a hablar de la función maravillosa que hace esta actriz para defender los cuerpos «no normativos» (odio ese concepto) en la industria cinematográfica insistiendo para que no fueran sustraídas sus arrugas por photoshop. Por contraposición quiero centrarme en lo bien que han representado la complejidad de la salud mental a lo largo de los siete capítulos. El argumento a simple vista gira entorno al caso de una joven asesinada y arrojada al río, todos en el pueblo parecen tener algo que esconder, y Mare se ve obligada junto al joven inspector que la asiste (Evan Peter) a encontrar la verdad y hacer justicia.

Intrigante, amena, nada pesada… Es la serie perfecta para ver el fin de semana, pero no creo que haya sido únicamente la fantástica resolución del misterio lo que ha hecho que este proyecto esté nominado a tantos premios Emmy. De hecho, el final ya lo había visto en otra serie, una española de hace unos años protagonizada por Jon González. No pretendo desprestigiar a ninguna, pero digamos que me ayudó a adivinar al criminal desde el capítulo dos. Lo que sí creo que es completamente renovador y que se lleva mi total admiración es la evolución psicológica de Mare en lo que se refiere al trauma que arrastra tras una mala vivencia de hace dos años. Ella focaliza su odio hacia todo en su vida, hasta tal punto que es capaz de incumplir el código de su profesión. Ahí es donde entra en juego la terapia, la ayuda psicológica, el saber reconducir tu vida gracias a la sanación de tu mente. Todo de una forma natural y sana, nada de prejuicios y clichés en torno a la salud mental, no hay desquiciados ni locos, no se hace parodia del dolor, solo hay una mujer que sufre, como cualquiera de nosotros.

Realmente la investigación es algo secundario aquí. Es un caso interesante y bien planeado, te mantiene en suspense; sin embargo, es la evolución de Mare la que nos hace sentir identificados, la que nos conmueve.

Ojalá se lleve todos los premios.

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Supongamos que Nueva York es una ciudad

He estado leyendo críticas de esta «serie» desde que la vi el mes pasado, todas dicen prácticamente lo mismo. Comparto sus opiniones positivas, pero realmente «Supongamos que Nueva York es una ciudad» me ha gustado por otros motivos que voy a compartir con vosotros. Quizás os cautive lo suficiente para verla.

Pongámonos en contexto. Dicho producto audiovisual, a forma de stand up, fue presentado como el gran estreno de Netflix este 2021. Dirigido nada más y nada menos que por el mismísimo Martin Scorserse, se nos presenta una mini serie documental protagonizada por la escritora y comediante Fran Lebowitz. Si sois como yo probablemente no os suene el nombre de esta mujer, pero la verdad es que no es la primera vez que trabaja con el ilustre director de «El lobo de Wall Street», de hecho, hablando de esta película, Fran participa en ella interpretando a la jueza que lleva el caso de Leonardo Dicaprio, en fin, un dato que no es muy relevante ahora mismo. Pero la verdad reside ahí. Martin y Fran son muy amigos, y si unimos esta amistad con la personalidad carismática e intrigante de una escritora de setenta años, judía y residente en Nueva York desde hace décadas, nos sale un documental que plasma la radiografía de una ciudad llena de matices.

Scorserse sale como entrevistador durante los siete capítulos que conforman la serie, cada uno enfocado en una temática distinta de la ciudad: la inmigración, las bibliotecas, el transporte público, etc….Cosas que quizás al lector le parezcan insignificantes, pero que si te paras a pensar son los factores que describen una ciudad, su funcionamiento, su desarrollo e incluso su cultura. Muchos de nosotros tenemos una idea muy distorsionada de Nueva York, en parte debido a la imagen que Hollywood ha querido darnos de ella. Pero cuando caminas con dos personas que conocen cada rincón y secreto de un lugar, es entonces cuando realmente observas los puntos álgidos y no tan álgidos de una ciudad convertida en icono.

¿Qué es lo que realmente me ha atraído? ¿La plasmación de Nueva York? No, hay miles de documentales que pueden explicarnos cómo es la vida allí. Lo que realmente engancha es la propia Lebowitz, su intelecto, su manera de explicar lo que es Nueva York y lo que fue en su juventud a través de sus infinitas vivencias. No comparto muchas de sus opiniones, es inevitable, pero es fascinante descubrir a una persona que ha vivido grandes acontecimientos de la historia de Estados Unidos y aún así sea tan «relativamente» desconocida para el resto del mundo. Lo que os aconsejo es que leáis su biografía para entender las referencias que hace durante los capítulos. Ella es una ensayista de mucho éxito, pero debido a «un bloqueo de escritor» lleva años sin publicar nada. Lejos de venirse abajo ha participado en infinidad de tertulias para visibilizar el tema, así como otras labores en el mundo del entretenimiento.

A nivel fílmico no puedo decir mucho. Se nota el estilo de Scorserse, los cambios incontables de escenarios, los distintos cameos de celebridades, el uso de una banda sonora admirable y un material de archivo muy bien colocado. Pero creo que es importante reconocer el trabajo de fotografía de Ellen Kurras, el cual hace que el producto sea atrayente a la vista.

Divulgativo y revelador a partes iguales. Es curioso ver una ciudad a través de los ojos de otra persona, así aprendemos a no idealizar nada de lo que vemos en el cine.

Si os gusta esta recomendación, también podéis ver «Public Speaking» de HBO. Es la parte previa que hicieron ambos años atrás y que guarda similitud con esta producción de Netflix.

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Hablemos de «The Mandalorian»

Último post del año…quién lo diría. Creo que nunca he hablado del universo Star Wars en este blog, cosa que no entiendo ya que material y tiempo he tenido de sobra, aun así pienso que nunca es tarde y mucho menos si el producto lo merece.

«The Mandalorian» es una serie perteneciente a la saga creada por George Lucas (allá por los años 70) que cuenta con dos temporadas en la plataforma Disney +. Si no habéis visto nada de dicha serie, estoy segura que al menos os habéis tragado veinte mil memes del conocido «baby yoda», bautizado así por los propios fans.

Sin muchos preámbulos y sin incurrir a datos reveladores os voy a resumir el argumento de la serie.

The Mandalorian trata sobre un «guerrero» por así decirlo, perteneciente a la antigua orden mandaloriana. Trabaja como cazador para el gremio y tras los años ha alcanzado una fama notable por su trabajo. Un día recibe un encargo especial, recoger algo muy importante para los seguidores del «Imperio». Lo que no se imagina es que ese recado le convertirá en el protector de un niño de raza desconocida que controla La Fuerza.

Esta historia se sitúa cronológicamente tras el episodio VI, El regreso del Jedi. El Imperio ha sido destruido junto a su líder Darth Vader, la Estrella de la Muerte ya no existe y aún quedan años para la aparición de la Primera Orden. Aunque no es obligatorio ver toda la saga y derivados, es recomendable saber al menos lo esencial ya que a lo largo de la historia irán a pareciendo personajes o referencias a los primeros episodios de Star Wars.

Lo interesante de la serie es que el objetivo principal el «El niño» pero a lo largo de las dos temporadas casi no sabemos nada de él aparte de su conexión evidente con los Jedi y su increíble dominio de La fuerza. Mando no se despegará de él para nada, consiguiendo una evolución psicológica inevitable al verse involucrado sentimentalmente con el crío. Llegara al punto de establecer una relación paterno filia adorable e incluso cómica.

Durante su viaje irán viviendo un sinfín de aventuras, ayudando a pueblos devastados y luchando contra tiranos y simpatizantes del antiguo gobierno. Mando no se quitará en ningún momento su armadura ya que va en contra del credo mandaloriano, aunque poco a poco iremos descubriendo más datos referente a este «grupo» extinto. Es adictivo, para nada complicado de entender y muy bien hilado con toda la saga. Siguen manteniendo cierta estética vintage del principio, como las marionetas, los disfraces o las transiciones características entre escenas.

Juega muy bien con el factor nostálgico, sobre todo en la segunda temporada, tocando personajes y datos que creíamos perdidos con el nuevo rumbo de las películas. Para muchos ha sido un tomo de aire fresco, una «nueva esperanza» con respecto al futuro de Star Wars. Aun hay narrativas interesantes para explotar sin necesidad de perder la esencia. No me entendáis mal, no critico ni alabo las últimas entregas, pero soy demasiado fan de la IV, V y VI entrega como para no emocionarme con una serie que vuelve a tocar este espacio de tiempo.

Si no tenéis nada que ver estas navidades, os lo recomiendo. Cada temporada son ocho episodios que se ven super rápido y que prometen emoción en cada minuto.

Y este ha sido mi última aportación del año. Nos veremos el lunes próximo con las energías renovadas.

Que tengáis un precioso inicio del 2021.