
¿Qué nos hace ser tan aficionados al misterio? ¿El morbo de querer saberlo todo? ¿Y si unimos crimen y romance? Supongo que las respuestas a estas preguntas son la clave para mantenernos pegados a las páginas de un libro. Agatha Christie era y será siempre la maestra en este ámbito.
La sinopsis de esta obra titulada «El hombre del traje marrón» no es nada del otro mundo.
Una joven llamada Ana presencia la extraña muerte de un hombre en el metro, a su lado un caballero con un traje color marrón parece ocultar algo. A partir de ahí se da comienzo a una persecución por África del sur para descubrir la verdad oculta en esta muerte y en el robo de unos diamantes años atrás.
Reconozco que tenía las expectativas bajas en esta obra; esperaba a un criminal predecible y un caso de robo simplón. No podría estar más lejos de la realidad. La estructura de esta obra en forma de diario y narrada desde el punto de vista de dos personajes distintos es la combinación idónea para lo inesperado. Te haces mil hipótesis distintas con cada capítulo. La autora te deja en vilo para saltar al segundo narrador que a su vez dará otro ángulo de visión del crimen. Al final te enamoras de todos los personajes y no quieres que ninguno sea el culpable. No sobra ningún dato, todo está perfectamente ideado para que no dejar cabos sueltos en el caso. Tampoco existen lagunas argumentales y el final te deja con la boca abierta. Para ser uno de sus libros menos conocidos me ha gustado mucho más que grandes obras como «El misterioso señor Brown», por poner un ejemplo.
Siempre me gusta dar puntos positivos y negativos. No hay obra literaria perfecta, eso va en contra del arte, a mi modo de ver no puede haber perfección en la subjetividad de una novela. Sin embargo, en este caso, tendré que ser quisquillosa para sacar alguna tara a la obra. Supongo que hay mucho de la autora en el personaje principal, demasiado resentimiento hacia los hombres y sobre todo hacia el comportamiento femenino de la alta sociedad de su época. No está mal esto, de hecho, creo que da mucha personalidad a las protagonistas, pero conociendo la historia de Agatha y su desengaño amoroso con el primer marido que le fue infiel a veces creo que descargaba más su frustración hacia las mujeres que hacia los hombres. No sé, es algo personal que no paraba de visualizar con los diálogos de Ana y Susan.
También se nota mucho lo bien documentada que estaba Christie en lo que respecta a los escenarios de África del sur. Recordemos que la autora se volvió a casar con un arqueólogo que la llevó consigo a dicho continente. Todo lo que ella vivió allí y la embelesó por completo lo ha reflejado en las páginas de esta novela. Los paisajes, el surf, la gastronomía, todo…
Para ir acabando, deciros qué si no sois muy fanáticos de las lecturas pesadas, El hombre del traje marrón puede ser una buena opción para vosotros. Es la obra perfecta que aviva el ansia del lector por saber más y que cuando quieres darte cuenta, ya se ha acabado.
¡Nos leemos en la próxima!