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Ghosting por Ian Cuervo (reseña)

No podéis imaginaros lo mucho que me ha costado sacar tiempo para leer, pero me prometí que la primera reseña literaria de este 2023 fuese la dedicada a Ghosting. Más allá de la Bruma I de Ian Cuervo.

Tuve el placer de que el propio autor me enviase una copia firmada hace unos meses. Ian, si estás leyendo esto, gracias por el libro y por tu paciencia. Reconozco que me adentré en la lectura como Marco buscado a su madre, no sabía lo que me iba a encontrar y creo que eso me afectó a la hora de situarme en la historia; aunque no tardé demasiado en pillar el rumbo. Os pongo en contexto con la trama. Laia es una joven que descubre un mundo paralelo al que se accede a través de los sueños, allí es una persona completamente diferente, una guerrera que ha perdido sus recuerdos y cuya habilidad es clave para acabar con Uttu. Pero no es la única que ha perdido parte de su vida al otro lado de la Bruma, ya que un chico con ojos de lobo también cree haberlo perdido todo… No contaré más detalles.

Si me seguís desde hace tiempo, sabéis que no suelo consumir literatura de género fantástico; no obstante, siempre que me he animado con algún título de esta índole he acabado sorprendida. Este es uno de esos casos. La multiplicidad de tramas secundarías y la mecánica del doble mundo provoca que el lector no caiga en el hastío que suelen provocar las historias bélicas, porque Ghosting, por mucha magia que albergue, trata sobre una batalla donde varias razas se unen para acabar con una amenaza mayor. Tuve que hace un croquis con las distintos apelativos y sus jerarquías, así como las reglas estructurales del universo onírico donde transcurren los hechos para no perderme. No es nada nuevo, de hecho, es lo normal en esta clase de historias, lo que demuestra el trabajo minucioso de un autor que no quiere dejar lagunas en su obra, es más, descubrí con gran regocijo que las últimas páginas están destinadas a la «resolución de dudas» por así decirlo, un apéndice explicativo de Bruadar.

Otra cosa que me llamó la atención es la cantidad de referencias artísticas que va dando el autor. No solo hablo de las obvias fuentes inspirativas que nos mueven a la hora de escribir y que tomamos de otras obras, sino de las pinceladas extradiegéticas que encabezan los inicios de los capítulos por ejemplo, poemas o trozos de canciones (entre otras cosas) que hacen referencia a lo que está por venir. Luego cada personaje, sobre todo Laia, muestra su propia personalidad a través de la manifestación de sus gustos, cosa que me agradó bastante pues este paso narrativo suele solventarse con grandes párrafos descriptivos por parte del autor omnisciente, y si el libro ya es extenso de por sí, añadirle más datos podría resultar contraproducente. Sin embargo, mi personaje favorito y mira que hay por dónde elegir, es Làidir. Me parece que en esta primera parte se le da a él mucho más peso que a la protagonista, supongo que por el hecho de que la mencionada se encuentra en un constante proceso de recuperación de memoria. Este hecho es uno de los que más incitan a seguir leyendo pues te quedas con las ganas de un desarrollo mayor de Laia y, por supuesto, una resolución a la tensión romántica entre ella y Làidir, ya que sabemos que ha habido algo entre ellos, pero no conocemos qué magnitud posee ese «algo».

Y para terminar, pues no quiero destripar el libro, deciros que si sois amantes de la fantasía, de los mundos literarios donde todo es posible y cada rincón supone una gota nueva en el mar de la imaginación, Ghosting es el inicio de una nueva aventura para vosotros.

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«Tercera Muchacha» de Agatha Christie (reseña)

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¿Qué sentirías si de repente entra en la habitación una joven que dice «creer» haber cometido un asesinato? Agatha Christie nos da una premisa simple para un gran misterio y es que, como decía cierto detective literario, los grandes enigmas suelen venir acompañados de los hechos más anodinos. ¿Será Poirot lo suficientemente perspicaz para resolver este caso? ¿O ya se encuentra demasiado viejo para cometer tales hazañas?

En este blog hemos reseñado varias obras de «la reina del crimen» y tras terminar la lectura vía Youtube (que os invito a escuchar en Sara Narraciones) tenía que plasmar aquí mis impresiones. A diferencia de otras obras suyas mucho más «cinematográficamente» famosas, Tercera Muchacha no ha transcendido como uno de los libros más culminantes de la carrera de su autora, aunque es cierto que fue adaptado para la serie inglesa y que ha sido leído por varios creadores de contenido. Quizás «El hombre del traje marrón» si era más desconocido, si lo comparamos con este, pero ambos tienen similitudes dignas de mención. En primer lugar, el inicio de la obra es confuso o, más bien, poco atrayente. Si no estáis familiarizados con las estructuras argumentales de Christie, es posible que no consigáis engancharos hasta ya adentrados algunos capítulos. Sinceramente, creo que la comicidad reinante entre la pareja de Poirot y Mistress Oliver hace que continúes la lectura, a pesar de la poca majestuosidad del crimen, ya que no sabemos si ha habido crimen o no.

Por otra parte, hay ciertos enigmas enlazados con el caso principal, cuyas resoluciones pueden ser «demasiado obvias». Este título pertenece a la última etapa novelística de Agatha, por lo que se intuye que intentó innovar con la hipótesis de una criminal que no sabe si lo es, y no tanto con la ejecución del delito. Esta teoría se mantiene en parte por la edad ya avanzada de los dos protagonistas, lo que provoca un eje de maniobra inferior en cuanto a la acción. Aun así, la presentación de los personajes, que constituyen arquetipos claramente diferenciables (como es característico en todas sus obras) juega con la empatía de los lectores y, por lo tanto, acabamos impactados con la revelación final del misterio.

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«Ángel audaz» de Jude Deveraux (reseña)

Retomamos las reseñas de romance histórico que tanto nos gusta. Podríamos decir que hemos dado un salto atrás en la historia de este blog, donde mi «yo» consumidor de esta clase de géneros solo era capaz de hablaros de «clanes escoceses» y «duques increíblemente atrayentes»; sin embargo, el azar ha querido que descubra a una autora que lleva mucho tiempo en el mercado y que le da una vuelta de tuerca a todos estos clichés narrativos. Se trata de Jude Deveraux (pseudónimo de Gilliam White Montassir) y nos centraremos en analizar su novela Ángel audaz.

Pongo en contexto. El otro día pasé por enfrente de la biblioteca de mi localidad, una biblioteca escueta, pero en constante renovación y, debido a la falta de espacio, suelen poner un carrito con libros a 0.50 cent para recaudar fondos para el edificio. Yo he encontrado auténticas reliquias en ese carro. Esta vez me sorprendió ver una colección entera de Jude Deveraux. Ningún título me sonaba y como iba escasa de efectivo decidí escoger el libro aquí presente. No hay mucho misterio en su trama, me lo leí en un día. Se trata de la quinta entrega de la saga Montgomery (se pueden leer por separado), y cuenta la historia de Miles Montgomery, un joven noble que tiene la fama de ser el progenitor de todos los niños bastardos de Inglaterra. No hay una sola mujer que no caiga rendida a sus pies. Un día recibe como regalo a una joven prisionera que resulta ser la hermana de su mayor enemigo, no obstante, su amor por las mujeres va mucho más allá que las rencillas familiares, además, Elizabeth Chatworth es completamente distinta a cualquier otra dama, y es que ella le profesa un profundo odio.

No hay nada que parezca fuera de lo común, como ya he mencionado, pero debo reconocer que hay ciertos aspectos que diferencian esta historia con el resto de novelas que he leído, y es la credibilidad. Siempre diré que Julie Garwood es la mejor escritora de romance histórico por su trabajo minucioso de documentación, pero es cierto que la construcción de sus personajes es muy occidental y moderna, supongo que para adaptarse al público contemporáneo. Devereaux, te presenta a un protagonista de veinte años, con cuatro hijos bastardos, y a unos familiares que ven las violaciones como el pan nuestro de cada día, pero es que hablamos del siglo XVII, eso no era raro. Un protagonista casto y puro que espera a una mujer para venerarla en esta clase de contexto, no es tan creíble, aunque sí más romántico para nosotros. Creo que las malas reseñas de esta novela vienen en parte por el carácter mujeriego de Miles y la fácil capacidad de «enamoramiento» de Elizabeth tras haberle jurado odio perpetuo mil veces, no obstante, me parece que hay mucha verosimilitud con la época a la que se hace referencia, donde el mayor logro de una dama era poder casarse con un hombre de buena cuna que diese su apellido a los niños.

Por otro lado, he aquí lo que no me ha gustado: la falta de unión narrativa entre la primera y segunda mitad del libro. Me pasó algo similar con una novela de Garwood, pero a la inversa. En esta ocasión, el arranque de la historia está perfectamente estructurado, los personajes bien definidos, las subtramas relevantes a la línea argumental principal y el enfoque de la autora es claro y conciso, lo normal en esta clase de obras. Pero en la segunda parte cambia, hay una resolución del conflicto arbitraria e irreal. Elizabeth pasa de ser una mujer que aboga por su libertad, a una esposa obsesionada con el perdón de su marido, el cual se ha comportado como un idiota enloquecido por los celos. La fobia de la protagonista parece desvanecerse de la noche a la mañana, y para solucionar la batalla entra las dos familias, la autora añade otra trama secundaria más a la cazuela, con unos personajes poco construidos porque no le ha dado tiempo a formularlos más, y ya está…Se acabó.

Para resumir un poco, es una novela que se disfruta, tiene puntos que no se encuentran en otras autoras y que se agradecen, pero no es una historia de las que te agitan el corazón, ni de las que perduran en la memoria del lector durante años. Por 0,50 cent está bastante bien.

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Alevosías de Ana Rossetti (reseña)

Ana Rossetti y su libro Alevosías son el claro ejemplo de ruptura con lo establecido en un tiempo muy poco favorecedor. Esta obra que os traigo hoy es una recopilación de relatos eróticos de maravillosa maestría prosística, pero «mal presentado al público».

Rossetti nos otorga ocho cuentos donde, según sus palabras textuales, el sexo es el eje principal de la historia, suscitando odio, dolor, repugnancia, miedo, placer, etc… Tras haberlos leído todos en tan solo una tarde, os aseguro que el sentimiento predominante en el lector es la incomodidad. Son historias muy violentas, algunas más que otras, donde encontramos la sexualidad ligada íntimamente con lo peor del ser humano. La técnica gramatical es sublime, llegando a rozar una prosa lírica muy atrayente. Creo que las malas críticas que he encontrado en goodreads vienen fundamentadas por una mala comprensión de la sinopsis que viene en la contraportada. El hecho de que se hable de relatos eróticos y luego se diga «hechos que pueden ocurrirle a cualquiera», hace que los lectores romanticen previamente la lectura. Rossetti no miente al decir que los actos sexuales vienen, por desgracia, unidos en muchas ocasiones a la violencia, mientras que el público está demasiado acostumbrado a pensar en erotismo y amor como un bálsamo resplandeciente de cariño y delicadeza, como las comedias románticas de Hollywood o las novelas de amor que se hacen virales en Instagram.

En resumidas cuentas, Alevosías es un libro que vale la pena leer si no te haces una idea preconcebida del mismo. Es una recopilación de relatos muy perturbador, aunque bastante útil para replantearnos cómo tenemos amaestrada nuestra mente en lo referente al consumo de arte de este género.

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«Matrimonio de sabuesos» de Agatha Christie (reseña)

Hace solo un par de día terminé la lectura de esta novela escrita por la reina del género policíaco, Agatha Christie. Debo reconocer que me ha embelesado más que su título antecesor, «El misterioso señor Brown», novela que destaca por ser una de las más extensas de la autora y por ser la responsable de la unión de los protagonistas de «Matrimonio de Sabuesos», pero no nos adelantemos.

Tommy y Tuppence Beresford eran amigos de la infancia y tras la resolución de un caso de atentado el amor surge entre ellos, convirtiéndose así en el matrimonio de detectives más adorado por Scotland Yard. Lo que realmente gusta de esta obra es que cada capítulo (quitando alguna que otra excepción) se enfoca en un caso en concreto, dando a la historia un dinamismo arrollador. Cada nuevo misterio que se presenta en la oficina de «los brillantes detectives de Blunt«, tapadera del matrimonio Beresford a petición de la policía, está cubierto de humor, ingenio y ese toque retorcido que Agatha da a cada una de sus tramas. No niego que algunas de las resoluciones son «predecibles», cayendo quizás en lo que ahora veríamos como un cliché en esta clase de géneros, pero que en la época en la que fue escrito sin duda Agatha marcó el precedente.

La verdad es que a mi parecer el caso principal que les hace jugar el rol de detectives, queda obnubilado por los casos secundarios que se van dando, los cuales podrían haber dado para libros individuales por su increíble construcción dramática. Por otra parte, la afinidad de los dos protagonistas hace que la obra tenga ese componente romántico y tierno que tanto gusta. Es sin lugar a dudas, una de las mejores parejas detectivescas de la literatura, sin tener que recurrir a arquetipos manidos donde el hombre es el alma pensante y la mujer la mojigata graciosa. Es un juego constante de intelectos cargados por una interminable atracción sexual. Lo que no descubra uno lo hace el otro, sin dejar nunca esa batalla dialéctica y divertida entre ambos.

El final de la obra, sin dar ningún tipo de spoiler, es redondo, no queda ningún hilo por coser, dejando a nuestra pareja de enamorados en uno de los mayores éxtasis que ha dado las novelas de Agatha Christie. Sinceramente, es una pena que esta obra sea tan difícil de conseguir.

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¿Cuál es el mejor libro para aprender a escribir novelas?

Hace poco me encontré con una compañera en la facultad de filología, iba a presentarse a una asignatura (bastante compleja) a la que yo me presenté con anterioridad. La materia en cuestión ahonda sobre los orígenes de la literatura desde una perspectiva puramente filosófica, muy interesante, pero demasiado compleja para examinarte con tan poco tiempo de preparación. Yo la aprobé porque me centré en ella únicamente, dedicaba día y noche a descifrar el manual como el que lee un jeroglífico, era tan enrevesada la mera concepción del índice o disposición del material que tardabas más en comprender lo que ponía que memorizándolo. Realmente era una lástima, porque la asignatura me parece preciosa y muy necesaria si tu vocación es la literatura. Entonces, debatiendo con mi compañera sobre el tema, surgió de mí una frase: «Es imposible aprender a escribir cuando los libros no se dejan leer». Y la gracia de esta frase es que cuanto más la repito, más me doy cuenta de que no es del todo exacta. Así que permítenme rectificar.

Queridos lectores de este blog, sí hay libros que nos ayudan a aprender a escribir, es decir, libros creados con el fin de abrir las puertas al mundo de la creación a modo de manuales. Lo que realmente puede chirriarnos, y es aquí donde cometí el error, es que no todos seremos el mismo tipo de autor, por lo que no nos servirá cualquier tipo de de guía.

Os voy a hacer un resumen de algunos ejemplos que sí me sirvieron.

El primer libro que me ayudó especialmente fue la biografía Stephen King titulada «Mientras escribo». Tuve que leerla porque en mi trabajo como crítica literaria me llegó una obra de teatro basada en este libro. Lo recomiendo mucho porque el mundo interior de King es de por sí fascinante. Siempre hay que nutrirse del legado de los más grandes y, sobre todo, identificar vuestras diferencias. Yo no comparto el proceso creativo de King, a mí no me sirve, pero gracias a que leí su biografía pude descubrir un terreno en el que no me siento cómoda como autora.

Otro libro sobre aprender a escribir bastante interesante es «La cocina de la escritura» de Daniel Cassany. El autor cuenta con una extensa carrera en este ámbito, dando numerosos cursos sobre escritura creativa. Es muy claro y conciso. Como guía es muy ilustrativa, no tiene ese morbo que te da la vida de Stephen King, pero tampoco se hace aburrido a pesar de su carácter docente.

Y por último, pero no menos importante, os tengo que aconsejar «La poética» de Aristóteles. Un pequeño librito donde el filósofo se explaya en el origen y significado de la literatura, asociándola a la sociedad del momento y dividiendo su investigación por géneros literarios. Es una joya porque, a pesar de los años, vemos que las teorías aristotélicas sobre el tema que nos atañe, siguen estando vigentes en las corrientes de estudio actuales.

Espero de corazón que estas recomendaciones os sirvan de algo, y recordad, no os vengáis abajo si veis que la enseñanza de un «experto» no os cala como creadores. Solo vosotros tenéis la potestad de elegir a vuestros referentes.

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El miedo a comenzar: Lo que no te dicen al independizarte.

Hace poco tuve uno de los mayores «comienzos» de mi vida. Ni la entrada en la universidad , ni el primer día de trabajo me parecen equiparables al vacío que sientes cuando te independizas. Apartando el hecho de cuál sea tu condición económica o familiar, vivir por tu cuenta trae un miedo parecido a la Talasofobia, uno pasa de sentirse acomodado a estar completamente solo en medio del océano. Como este es un blog donde suelo hablar de arte, te diré que me sentí como el monstruo de Frankenstein cuando huye buscando a alguien que lo acoja y lo comprenda, pero ante la hostilidad del mundo acaba adaptándose de la peor forma posible. Ese sentimiento únicamente me acompañó al principio, cuando dudosa de mí misma, creí no se capaz de vivir a mi propio ritmo.

Entonces, te planteo algo querido lector, si alguna vez sientes los pies encadenados a la hora de enfrentarte a un nuevo comienzo, compárate con el monstruo de Mary Shelley, él nació con todo en su contra, pero ante la negativa del mundo supo cómo sobrevivir, aprendió a hablar, leer y escribir oculto tras una pared y con los años el mundo lo reconoce con el nombre de su creador. Olvídate de esas atrocidades hechas por Hollywood y recréate en la maravilla de sus páginas, puede que no parezca el referente más idóneo; sin embargo, cualquiera que reconozca la fuerza y autonomía de un ser hecho a «retazos» sabe que no hay mayor modelo a seguir para enfrentar al mundo cara a cara.

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«El dilema del sótano»: Pautas para escritores.

Quizás lo que voy a plantearos hoy, ya lo ha expuesto otro autor con mejores palabras que las mías, pero no pierdo nada por compartir mis pensamientos con vosotros, y más si pueden ayudaros como escritores.

Bien, el otro día mientras pasaba a limpio unos artículos para mi trabajo encendí la televisión, estaban retrasmitiendo una película llamada «El sótano de Ma». Yo no la había visto nunca y a simple vista me pareció demasiado simple, pero pasaron los minutos y, cuando me di cuenta, empezaron los créditos finales. ¿Qué tienen los sótanos? ¿Por qué fascinan tanto? ¿Por qué en las películas de miedo siempre bajan a ellos aun sabiendo que allí se esconde el villano? ¿Somos tan tontos que siempre caemos en ese error? ¿Por qué recurrimos a ellos en la creación de historias de miedo? Yo no creo que los sótanos hayan sido siempre fuente de terror. De hecho, vayamos al pasado y planteémonos lo que Platón exponía en su Caverna, lo que daba pavor era el desconocimiento del exterior (por simplificarlo un poco). La ruptura de la vida dentro de la caverna con la realidad de fuera. Los sótanos a lo largo de la historia han ido girando las tornas literarias para convertirse en guaridas de monstruos, representaciones de la claustrofobia o la nictofobia o lugares donde esconder los más oscuros secretos del criminal que habitaba la casa. Simples clichés. Aunque ahora sea fuente de bromas, siempre funciona.

Es aquí que me replanteo, qué pasaría si, como escritores, planteáramos una historia donde el miedo al sótano no existiera. ¿Seríamos capaces de crear una trama lógica o estamos demasiado condicionados por ese recurso «terrorífico? No sé si me estoy explicando debidamente. Me cuestiono el punto de condicionalidad al que estamos expuestos por dichos clichés, cuántas historias no estamos creando por no ser capaces de romper esa imagen del sótano terrorífico. Con esto no quiero decir que no haya libros cuya acción trascurra en un sótano o búnker y que se alejen del típico asesino en serie oculto, me viene a la mente «La historia interminable» por ejemplo. Yo quiero ir más allá de eso. A veces creo que nos atiborramos de los mismos argumentos disfrazados de distinta forma y lo que realmente nos atrae son los adornos que cambian la imagen de algo que consumimos una y otra vez sin quejarnos.

Puede que no tenga sentido lo que digo, pero este «dilema» me hacer imaginar nuevas formas de creación. Un nuevo páramo donde inspirarnos como artistas.

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Consejos para escribir una novela: Elimina escenas sobrantes.

Voy a remontarme a mi época universitaria, cuando estudiaba la asignatura de Guion Audiovisual, para explicaros uno de los recursos más útiles para saber si nuestra novela (u otro tipo de texto) va por el buen camino. Seré concisa y no usaré términos redundantes que confundan.

Supongo que al igual que yo muchos de vosotros habéis iniciado obras que no han llegado a ver la luz del sol. Es lo normal. Hay un momento de adrenalina que nos hace avanzar en nuestro trabajo y escribir varias páginas de las que nos sentiremos sumamente orgullosos durante un leve periodo de tiempo. Luego la motivación se nos va. Echamos un vistazo a lo que hemos escrito y tiramos la toalla al sentir que no nos convence para nada. Repito, es normal.

¿Qué es lo que hago yo en esta situación? Pues me hago una sola pregunta: ¿Qué escenas sobran?

Pongámonos en un contexto determinado, la elaboración de un guion cinematográfico. Hemos creado una historia de principio a fin, pero hay algo que no encaja, el guion es demasiado largo. No queremos crear la segunda parte de «Lo que el viento se llevó», nuestra historia es mucho más simple, por consiguiente, no necesita tantos minutos de metraje. Hay que recortar alguna escena. Para eso hay que tener clara cuál es la trama principal: su principio, nudo y desenlace. Las escenas que elimines no deben alterar estos puntos. Más sencillo aun, elimina esa parte: ¿La trama se ve afectada de algún modo? Si la respuesta es no, y la historia se desarrolla con normalidad hasta el final, es porque esa escena no aportaba absolutamente nada.

Esto se puede aplicar a cualquier género literario, a cualquier texto, trabajo o situación en general. Tomarnos unos segundos para ver qué sobra en nuestra vida es algo esencial para avanzar.

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El hombre del traje marrón

¿Qué nos hace ser tan aficionados al misterio? ¿El morbo de querer saberlo todo? ¿Y si unimos crimen y romance? Supongo que las respuestas a estas preguntas son la clave para mantenernos pegados a las páginas de un libro. Agatha Christie era y será siempre la maestra en este ámbito.

La sinopsis de esta obra titulada «El hombre del traje marrón» no es nada del otro mundo.

Una joven llamada Ana presencia la extraña muerte de un hombre en el metro, a su lado un caballero con un traje color marrón parece ocultar algo. A partir de ahí se da comienzo a una persecución por África del sur para descubrir la verdad oculta en esta muerte y en el robo de unos diamantes años atrás.

Reconozco que tenía las expectativas bajas en esta obra; esperaba a un criminal predecible y un caso de robo simplón. No podría estar más lejos de la realidad. La estructura de esta obra en forma de diario y narrada desde el punto de vista de dos personajes distintos es la combinación idónea para lo inesperado. Te haces mil hipótesis distintas con cada capítulo. La autora te deja en vilo para saltar al segundo narrador que a su vez dará otro ángulo de visión del crimen. Al final te enamoras de todos los personajes y no quieres que ninguno sea el culpable. No sobra ningún dato, todo está perfectamente ideado para que no dejar cabos sueltos en el caso. Tampoco existen lagunas argumentales y el final te deja con la boca abierta. Para ser uno de sus libros menos conocidos me ha gustado mucho más que grandes obras como «El misterioso señor Brown», por poner un ejemplo.

Siempre me gusta dar puntos positivos y negativos. No hay obra literaria perfecta, eso va en contra del arte, a mi modo de ver no puede haber perfección en la subjetividad de una novela. Sin embargo, en este caso, tendré que ser quisquillosa para sacar alguna tara a la obra. Supongo que hay mucho de la autora en el personaje principal, demasiado resentimiento hacia los hombres y sobre todo hacia el comportamiento femenino de la alta sociedad de su época. No está mal esto, de hecho, creo que da mucha personalidad a las protagonistas, pero conociendo la historia de Agatha y su desengaño amoroso con el primer marido que le fue infiel a veces creo que descargaba más su frustración hacia las mujeres que hacia los hombres. No sé, es algo personal que no paraba de visualizar con los diálogos de Ana y Susan.

También se nota mucho lo bien documentada que estaba Christie en lo que respecta a los escenarios de África del sur. Recordemos que la autora se volvió a casar con un arqueólogo que la llevó consigo a dicho continente. Todo lo que ella vivió allí y la embelesó por completo lo ha reflejado en las páginas de esta novela. Los paisajes, el surf, la gastronomía, todo…

Para ir acabando, deciros qué si no sois muy fanáticos de las lecturas pesadas, El hombre del traje marrón puede ser una buena opción para vosotros. Es la obra perfecta que aviva el ansia del lector por saber más y que cuando quieres darte cuenta, ya se ha acabado.

¡Nos leemos en la próxima!