
Por recomendación de mi psicóloga, persona que me ha ayudado mucho a lo largo de este último año y medio y por la cual me he adentrado en esta clase de lecturas, me hice con un ejemplar electrónico de Autoamor de Laura Chica.
Antes que nada, debo hacer un pequeño inciso para resaltar la belleza de esta edición. Es un libro precioso con un interior maquetado de una forma clara pero llamativa, con un toque de fantasía, lo que ayuda a que las personas no muy habituadas a la lectura o con dificultades para la misma puedan completar una lectura que es bastante extensa. Mi problema con esto es que tengo la sensación de estar leyendo un cuento infantil, pero ahora lo matizamos.
Laura Chica es una psicóloga con décadas de experiencia. Tras el éxito de sus anteriores libros decide embarcarse en un tema que, por desgracia, no tenemos automatizado como seres humanos, el autoamor. No solo nos explica el concepto con ejemplos clínicos, sino que comparte con el lector una serie de ejercicios que podemos practicar desde casa para realzar nuestra autoestima, muchas veces relegada a un segundo o tercer plano. Hay frases que, sinceramente, me sorprendieron por ser reflejo exacto de mi propia conducta, es decir, como si recreara mis pensamientos y discursos a la perfección demostrando, por tanto, que no somos seres tan distintos. Hay una parte donde la autora defiende la necesidad de experimentar cambios, siempre con el fin de mejorar y encontrarnos a nosotros mismos. Dice así: «Los cambios siguen sin estar bien vistos, la gente quiere que sigas donde siempre y para siempre. Lo demás no es bueno». Esta parte me marcó personalmente porque es algo en lo que llevo trabajando mucho tiempo y encontrarlo en una lectura así, me hizo sentir comprendida.
Y precisamente esto es lo mejor de Autoamor, el sentimiento de comprensión. No hay nada en el libro que sea «nuevo» o «clínicamente complicado». Se nos presentan unas ideas fáciles y simples, pero de una forma muy empática. Es cierto que el diseño me resulta un tanto infantil, ya que va intercalando ilustraciones de mariposas y estrellas con tipografías de varios tipos (alguna que otra complicada de entender) y se repiten muchísimo los conceptos. A lo mejor lees un párrafo entero sobre la importancia de «tu niña interior» y justo después un pequeño resumen de lo que acabas de leer. También añade poemas con los temas de cada capítulo que pueden resultar poco orgánicos. Por lo demás es un libro bonito, que no te cambia la vida, pero que te ayuda a replantearla de una manera más autoconsciente.