
Hoy hablaremos del fenómeno de masas que ha conseguido desbancar a El viaje de Chihiro como película japonesa más taquillera de la historia. Pero antes de hablar de Guardianes de la noche: El tren infinito hay que poner algunos datos sobre la mesa para contextualizar semejante éxito.Está película dirigida por Haruo Sotozaki es una secuela del anime del 2019, cuya historia a su vez proviene del manga de Koyoharu Gotōge. En esta obra seguimos el viaje de Tanjiro Kamado, un joven que tras perder a su familia a manos de un demonio deberá convertirse en un guardián de la noche para salvar a su hermana, convertida también en demonio. El anime provocó una auténtica revolución entre los amantes del manga, gracias en parte a la labor de la productora Ufotable, que consiguió convertir un manga de escasa calidad visual en una auténtica obra de arte animada. Otros factores también repercuten en la buena calificación de este anime, como por ejemplo los seiyus (actores de voz) o la majestuosa banda sonora que hace levantar los vellos del brazo a cualquiera. Aun así, hay que reconocer que nada sería posible sin el talento del autor para crear historias. No es la primera vez que mangakas sin mucha técnica de dibujo triunfan por su capacidad como escritores.
Volvemos a la película. Para encontrar dos asientos en el cine este fin de semana de estreno hemos sudado muchísimo. Todas las sesiones estaban completas y durante la proyección no se escuchó ni una mosca. Para ser sinceros, el hecho de que sea una obra canon repercute mucho en su recolección en taquilla. Para los que no entendáis de lo que hablo, insisto en que se trata de una secuela del anime, es decir, tenéis que haber visto los capítulos anteriores para entender este filme. Todos los fans de la serie eran público asegurado.
Aunque este dato no le quita el mérito. Reconozco que el principio de la película me pareció lento. Hay una parte explicativa, necesaria para introducir al villano, que está hecha para desconcertar al espectador. La razón por la que digo esto se debe a los puntos de giro que tiene el guion. Hay bastantes para tan «poco» tiempo. Por otra parte, cada personaje tiene su momento, algunos con más protagonismo que otros, pero todos magníficamente planteados. A pesar de esto, no me parecía que la película fuese el espectáculo del que todos hablaban, hasta que llegaron los últimos cuarenta minutos. Solo por esa secuencia vale la pena haber ido al cine. Toda la acción y sentimentalismo que puede tener una película de animación en este caso se multiplica por cien. Ese guion, esa interpretación del seiyu de Tanjiro (Natsuki Hanae), ese momento final…Se quedan en el pensamiento del espectador grabados a fuego.
Solo diré que Ufotable tiene buen ojo para los diamantes en bruto.