Tras el reciente éxito en los Grammys de Beyoncé, no pude evitar recordar una «anécdota» que me ocurrió hace unos años cuando preparaba mi trabajo de fin de grado. Seré breve. Presenté un proyecto de investigación sobre: Las adaptaciones de la literatura francesa en el cine y en el teatro. Me enfoqué en tres obras: Los miserables de Victor Hugo, El fantasma de la ópera de Gastón Leroux y Carmen de Prosper Merimé. Viajé a Francia ese mismo año, a París, y traje conmigo una edición bastante antigua de la última obra mencionada. Soy de Sevilla, como la protagonista, así que no me costó investigar las localizaciones y referencias que Merimé mencionaba en la novela. Lo que me sorprendió vino después, cuando visioné algunas de las adaptaciones cinematográficas que se habían hecho de Carmen.
Para lo que no sepáis de qué trata la historia os haré un resumen. La obra en sí es una confesión. Don José, un exmilitar navarro, viaja al sur de España donde se enamora de una sensual gitana llamada Carmen, la mujer lo aparta del ejercito llevándole hacia una vida de delincuencia. El hombre tolera que esté casada con «El tuerto», el jefe de una banda donde posteriormente se unirá. Digamos que los celos mueven a José durante toda la obra, provocando un final digno de leer.
Probablemente alguno de vosotros asociéis «Carmen» con la adaptación a ópera, cuya música fue compuesta por George Bizet y que ha traspasado los límites de la propia novela, siendo «La habanera» mundialmente reconocida y utilizada para múltiples funciones. Es curioso porque el estreno de la obra teatral fue un fracaso. Sevilla resultaba una ciudad exótica para los franceses, pero el personaje de Carmen era demasiado libertino y oscuro para la mente romántica de la época, fue con los años cuando dicha representación tomó la repercusión que tiene hoy en día. Pero todo esto trajo consigo una oleada de «intentos» por parte de otros países. Adaptaciones a cine realmente curiosas, como la que hizo Estados Unidos en 2001 usando un icono musical como lo era (y sigue siendo) Beyoncé.
Personalmente, prefiero la versión española protagonizada por Paz Vega o incluso una africana llamada «U-Carmen», la cual se enfocaba en el contexto socio cultural de un país empobrecido. Aun así «Carmen: A Hip Hop Opera» tiene mi cariño, ya que su descubrimiento fue para mí un respiro del estrés que me provocaba mi estudio universitario. En una simple comedia romántica-musical norteamericana, típicas de está época, las que solíamos ver para echar el rato y cuyo guion es completamente predecible. Era el debut como actriz de Beyoncé, tampoco se le podía pedir más. Claramente no tiene nada que ver con la ópera de George Bizet y aún menos con la novela de Proper Merimé. La añadí en mi trabajo (a pesar de su crítica negativa) como demostración de la deformación que puede tener una historia tras realizar adaptaciones de adaptaciones de la misma.
Lo que realmente me hizo pensar fue el hecho de que hubiese gente que conociese la película, pero que no supiese que la ópera «Carmen» proviene de una novela.