
Hola de nuevo. Hoy vengo a mostraros una pequeña reflexión sobre el amor tóxico a través de la reseña de Amar es para siempre de Johanna Lindsey.
Sinopsis
Regina Ashton ha sido criada por sus cuatro tíos desde que perdió a sus padres a muy tierna edad. Para ellos ningún hombre es digno de su sobrina por lo que postergan una y otra vez su casamiento, pero todo se vuelve del revés cuando el libertino Nicholas Eden secuestra por error a Regina, teniendo que proteger su reputación a través del matrimonio.
Opinión personal
Cuando hablamos de literatura romántica automáticamente se nos viene a la mente el nombre de Johanna Lindsey. Desde los años 70 ha sido una de las autoras más vendidas de este género y su público principal le ha sido fiel hasta su reciente fallecimiento en 2019. Desde muy pequeña he visto sus colecciones en las estanterías de mi madre, es como si, de una forma u otra, la venta de libros de este género hace 20 años sólo se centrase en esta autora. Alabo su carrera y su estilo pero, a mi modo de ver, nunca he conseguido enamorarme de sus historias. Tras leer a Julie Garwood o Kathleen Woodiwiss veo una carencia en las novelas de Lindsey.
No me malinterpretéis, seguro que hay alguna obra que sea maravillosa, pero aun no la he encontrado. Creo que mi problema es que ella se centra únicamente en las relación de los protagonistas, nada más. Lo que me gusta de las obras de amor histórico, es precisamente el entrelazamiento del amor con el contexto histórico que se nos presenta, valga la redundancia. Yo quiero leer más de la situación política y cultural del escenario que envuelve la trama, y los inconvenientes que ésta provoca a la relación de los protagonistas, Amar es para siempre se enfoca en Regina y Ashton, lo demás es completamente secundario.
Hay cosas que me gusta, por ejemplo el carácter de la protagonista….en la primera parte del libro. Ella es fuerte, decidida y posee un sentido del humor ingenioso. ¿Dónde empeora? Cuando se prometen. Aquí tengo que hacer un inciso porque no se puede culpar a la autora por el uso de esté cliché literario que voy a mencionar, de hecho Woodiwiss también pecó de lo mismo en su obra La llama y la flor. Existe el mal hábito de excusar el abuso y el mal genio del hombre a través del argumento del «trauma infantil». Cuando Regina se compromete con Nicholas, éste le hace la vida imposible porque, según él, ella se merece algo mejor, pero como él no la puede dejar, opta por hacer que ella sea la que tome el paso. Os puedo asegurar que la razón por la que tiene ese trauma, es completamente absurda a nivel narrativo. Entonces…. ¿Ellos se separan para siempre? ¡No! Porque cuando él recapacita, ella se vuelve sumisa y lo perdona.
Entiendo que en los años 70 y 80 fuese normal crear este tipo de arquetipo masculino, pero me parece curioso que a día de hoy podamos seguir viendo este tipo de amor tóxicos en la literatura. Hay cosas que no se pueden romantizar.
Hasta aquí mi reseña de hoy, volveré pronto con los estrenos literarios del mes. Muchas gracias y…. ¡Nos vemos en la próxima!